Radio Ñomndaa, La Palabra del Agua: herramienta de comunicación comunitaria.
Nosotros somos Nancue Ñomndaa, oficialmente se nos conoce como Amuzgos, somos un pueblo originario que se ubica en la región de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca. Nuestra historia es la misma que la de muchos pueblos indígenas: desde que el territorio fue dominado por los invasores hasta la actualidad nuestros derechos colectivos no han sido respetados ni reconocidos plenamente en la Constitución Política de México, nos han excluido. Lo que desde el poder han tratado de hacer con nosotrxs es integrarnos a la sociedad capitalista, según convenga a los interese del sistema. Para las autoridades de este país nuestra voz, nuestra palabra, no vale, pues desde hace siglos, de diferentes formas han tratado de desaparecer nuestra cultura, nuestra lengua. En los grandes medios masivos en manos del Estado y de los empresarios, ¿A caso se ha escuchado el Ñomndaa? En esos medios es prioridad la venta de mercancías, tienen como finalidad imponer moldes de cómo debemos pensar, vestir, hablar, vivir; sus emisiones son de muerte para nuestras culturas.
Ante este panorama y ante la necesidad de comunicarnos, de informarnos, de reflexionar en colectivo, de proponer otras formas de relacionarnos con el entorno y en la sociedad, de difundir nuestra música, de conocer otras expresiones y de encontrarnos con otras y otros en el camino, iniciamos en el año 2002 nuestra organización para construir nuestra libre determinación. Radio Ñomndaa, La Palabra del Agua es nuestra herramienta de comunicación, una manera de hacer resurgir nuestra palabra silenciada por siglos. Lo hacemos como un servicio a nuestro pueblo, es a la vez una lucha por todos los demás pueblos. Las transmisiones comenzaron un 20 de diciembre de 2004 desde el Cerro de las Flores, en Suljaa’ (Xochistlahuaca) a través el 100.10 FM. En estos años hemos comprobado que un pueblo organizado puede crear y sostener su propia radio comunitaria, sin entrar en el esquema comercial que actualmente predomina entre las estaciones de radiodifusión.
En estos años Radio Ñomndaa ha permitido fortalecer nuestra palabra, el uso de nuestra lengua, nos ha ayudado a traspasar las barreras y fronteras que nos imponen para dividirnos, nos ha ayudado a reconocernos como un pueblo con una misma historia de lucha y resistencia. Nos ha permitido encontrarnos con otras y otros que viven en tierras lejanas, pero que luchan por lo mismo, otro mundo donde quepan muchos mundos. Esta herramienta nos ha permitido además acompañar la lucha de las comunidades en la defensa del territorio, ha sido un espacio donde se ha escuchado la voz de quienes denuncian injusticias, explotación, impunidad, discriminación, opresión y el despojo que se vive en las comunidades. Ahí también hemos escuchado lo que sucede en otros pueblos, como la represión y la violencia que el Estado mexicano impone contra quienes se organizan para defender su tierra y su dignidad.
El gobierno capitalista nos han querido imponer el silencio con cárcel y miedo; nos han inventado delitos que nunca hemos cometido, han tratado de callarnos. En julio de 2008 con la Policía Federal Preventiva, el gobierno intentó confiscar nuestro equipo de transmisión, han intentado también ahogar nuestra voz ofreciendo limosnas y miserias, hemos recibido amenazas y represiones caciquiles, pero hasta la fecha seguimos transmitiendo, cobijado en los Acuerdos de San Andrés, en los Convenios internacionales sobre derechos humanos que el gobierno mexicano ha firmado, en la defensa que nuestro pueblo ha hecho de su radio libre, así como en la red de comunicación y solidaridad con otros medios libres, alternativos, independientes o como se llamen, junto a organizaciones solidarias y de Derechos Humanos de México y el mundo.
Esta es una manera de cómo los pueblos y comunidades Ñomndaa hemos podido organizarnos para ejercer nuestro derecho a la comunicación y a la libre determinación, en nuestro caso no hemos entrado en el terreno de las radios permisionadas porque llevamos las de perder: no quisiéramos perder nuestro camino en la lucha por nuestra libertad, tampoco nuestra dignidad como pueblos en resistencia.
Mientras en el poder está la disputa por los negocios que representa la Transición Digital, desde abajo se está preparando el siguiente paso que daremos en nuestro camino por la libertad. Da alegría saber que en muchos rincones de este país y del continente, en las frecuencia libres se escuchan la palabra y el pensamiento de los pueblos originarios, es pues un logro de las radios comunitarias.